Crónicas de Lasallistas en Casa | Emilio Martínez | Ingeniería Ambiental

15 DE JUNIO DE 2020
“CRÓNICAS DE LASALLISTAS EN CASA” ES UN ESPACIO EN EL QUE NUESTRA COMUNIDAD ESTUDIANTIL NOS COMPARTE SUS EXPERIENCIAS Y REFLEXIONES EN TORNO A LA SITUACIÓN QUE ENFRENTAMOS ANTE LA PANDEMIA POR COVID 19.
HOY LES COMPARTIMOS EL ESCRITO DE UNO DE NUESTROS ESTUDIANTES DE INGENIERÍA AMBIENTAL, EMILIO MARTÍNEZ. 

Un compromiso en tiempos de pandemia

Quizá un número amplio de personas nunca se habría imaginado que en nuestro presente se viviría un acontecimiento tan agravado como lo es una pandemia. El mundo bajó la guardia ante la probabilidad de que una situación así llegara; he aquí las consecuencias. Ahora estamos experimentando un choque de realidades: la vida que solíamos tener contra la presencia de un virus de comportamiento extraño en casi todos los rincones del planeta.

Posiblemente el factor más crucial que permitió que el virus no fuera apropiadamente controlado fue la misma postura de no haberle otorgado la importancia que merecía. Así ha sucedido con diferentes países.

En España, el propio director de Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, declaraba a principios de año que la percepción que debía tenerse sobre el riesgo de contagio por el nuevo coronavirus era baja; el país terminó siendo uno de primeros más afectados en Europa junto con Italia.

En Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha mostrado con gran frecuencia actitudes muy laxas respecto de las medidas públicas para minimizar la propagación del virus; actualmente el país norteamericano cuenta con el mayor número de casos acumulados a nivel mundial (una cifra ligeramente mayor a los 2 millones).

Ahora, si bien los dirigentes y altos funcionarios son los responsables de proponer, aplicar y promover posibles resoluciones contra conflictos de esta naturaleza a nivel administrativo y político, el sector social juega un rol elemental para que dichas soluciones funcionen. Mucha gente no ha tomado conciencia sobre lo esencial que es evitar la transmisión de un virus de cuyas características hay todavía mucha incertidumbre, dígase por ignorancia, egocentrismo o indiferencia.

En México puede observarse que este problema está bastante pronunciado. Innegablemente, el confinamiento representa un golpe duro para la economía de numerosas familias y ello ha propiciado que muchas personas desacaten la medida del “Quédate en casa” para regresar a sus trabajos. No obstante, ¿qué tanto están contribuyendo a la reducción del número de contagios? (sin que la pregunta tienda a una generalización apresurada). Y ni hablar de aquellos que están saliendo por puro ocio o para hacer fiestas.

A estas alturas ya es común ver a personas que no respetan las recomendaciones sanitarias como el uso de cubrebocas, que creen que la pandemia no es más que una conspiración para mantener al pueblo embrutecido o que consideran que el virus no ocasiona más que una simple gripe (cuando en realidad se está evidenciando que las reacciones que puede desencadenar son muy versátiles para cada organismo).

La actual pandemia ha clarificado el importante papel de la organización y del trabajo en equipo dentro del sector social, entre el pueblo y el gobierno, entre las diferentes naciones del mundo, para sobrellevar (o incluso realzar) los problemas del mundo contemporáneo. Ningún individuo o personaje está eximido de promover y garantizar las condiciones necesarias no solo para que la pandemia de Covid-19 sea dominada, sino también para que otras futuras puedan ser prevenidas. Estamos sujetos a una realidad compartida e inexorable, que de ser vulnerada nos afectará ciertamente a todos.