En este -Mes del Fundador- resulta esencial hacer una reflexión profunda sobre aspectos trascendentales de la vida del Señor de La Salle, misma que expresa situaciones que nos ayudan a mirar la voluntad de Dios y la manera en la que el ser humano responde a través de su fe.
Partamos de un breve resumen de 5 acontecimientos en la vida de Juan Bautista de La Salle para tomar los aspectos que nos lleven a buscar perspectivas creativas y soluciones de fe que podemos retomar como parte de su legado, ante los obstáculos que cada experiencia de la vida lleva consigo.
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- San Juan Bautista de La Salle nació en Francia, estudió para el sacerdocio en París, donde empezó a educar a un grupo de niños abandonados en la calle. Al morir sus padres se encargó de sus hermanos, al tiempo que era canónigo de la catedral de Reims.
La fraternidad y el sentido de Comunidad son el mayor aporte de la pedagogía Lasallista. Con ella, se potencia el crecimiento armónico de las personas y las familias, ayuda a encontrar sentido a la vida, posibilita la creación de lazos afectivos y solidarios, comunica seguridad y respeto por las diferencias. Además, ayuda a la construcción de sueños comunes y compromisos transformadores.
Así como nuestro Fundador, nosotros también podemos generar ambientes sanos, seguros y respetuosos en nuestro hogar y Comunidad, sobre todo en ambientes difíciles de pobreza o violencia, donde podemos proteger, defender, promover y respetar los derechos de los niños, jóvenes y adolescentes.
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- De La Salle, rezó continuamente para discernir si su vocación era solo de sacerdote o también de educador. Una invitación a abrir una escuela de oficios para niños abandonados en Reims lo decidió. Convencido de que había que darles una educación de calidad, donó sus bienes a los pobres y comenzó su aventura en medio de rechazos e incomprensiones.
Buscó la respuesta de sus grandes preguntas en la oración y aprendió a reconocer la respuesta y voluntad de Dios en los pequeños detalles. La familia Lasallista ora y descubre la oportunidad para manifestar el poder salvador de Dios, en un servicio preferencial por las personas desfavorecidas, para quienes su condición vulnerable es un obstáculo para la construcción de sus sueños y para tener una vida digna y feliz.
Así como nuestro Fundador, nosotros también podemos orar y extender nuestro compromiso para identificar las nuevas pobrezas, que siempre están en las fronteras de la deshumanización, la falta de oportunidades, la marginación, y servir a quiénes las padecen.
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- Al señor de La Salle se le unió un grupo de jóvenes con deseos de enseñar, pero sin formación, creó la primera escuela para maestros y fundó una Comunidad de laicos consagrados a la educación: Los Hermanos de las Escuelas Cristianas o Lasallistas.
La familia Lasallista cree en la capacidad transformadora de la educación, la cual construye equidad en la medida que genera oportunidades para el desarrollo personal, comunitario y social, al tiempo que dignifica a las personas y transforma las sociedades.
Al igual que nuestro Fundador, podemos ver la educación como la intervención más importante del ser humano, eduquémonos y trabajemos en la comunicación de valores, la aprehensión del conocimiento, la construcción de redes humanas, la formulación de sueños y la transmisión de un nuevo paradigma acerca del ser humano, la sociedad, la vida y la relación con la naturaleza.
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- San Juan Bautista, junto a los Hermanos de las Escuelas Cristianas, creó una red de escuelas donde se enseñaba en francés en lugar de latín; se respetaba la madurez de los estudiantes y se les agrupaba según sus niveles y resultados. Veían a Cristo en sus estudiantes y les daban una buena formación religiosa.
El desarrollo intelectual, el desarrollo de la fe, la aprehensión de la ciencia, y la vivencia de los valores, no son entendidas como dimensiones aisladas, sino como dimensiones que se implican y se retroalimentan mutuamente. Por tanto, el objetivo de la educación Lasallista es formar personas de fe madura, con criterios éticos claros, que ejerzan liderazgo a través del servicio y estén comprometidas a trabajar por el bien común y la construcción de sociedades más justas y promotoras de la paz.
A ejemplo de nuestro Fundador, nosotros también podemos asumir los riesgos y ser creativos ante las realidades actuales. Comuniquemos la Buena Nueva y miremos hacia nuestros pueblos, zonas rurales, grupos indígenas, migrantes, fronteras de la deshumanización, y respondamos a sus necesidades específicas y apremiantes.
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- Con su visión profética, de La Salle puso los cimientos de la educación moderna y creó el primer sistema de pedagogía psicológica. Su misión era llevar la luz de Cristo a través de varios tipos de escuelas: gratuitas para niños pobres, de oficios para jóvenes, dominicales para quienes solo podían asistir ese día e incluso escuelas para delincuentes.
Hagamos visible nuestro compromiso con una sociedad más democrática y justa, así́ como el desarrollo humano integral y sostenible que beneficie a todos. Podemos compartir con nuestro ejemplo lo que es la educación para la paz, la justicia, la solidaridad, la participación ciudadana, la construcción de sueños comunes, el respeto y la libertad.
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Forjemos nuestras convicciones de vida, superación y esperanza, derivadas de mirar nuestra realidad y la de los otros para facilitar el desarrollo y continuidad de nuestros proyectos en el futuro deseado.
Todo tiene un propósito y cada uno es diferente, pero cuando caminamos en el espíritu de las Comunidades de San Juan Bautista de La Salle, el propósito se centra en el servir como punto de partida inspirador ante los desafíos que tenemos ahora y de los que están por venir.
Esta reflexión parte con base en la Declaración sobre la misión educativa Lasallista: Desafíos, convicciones y esperanzas, promulgada desde la casa generalicia de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en Roma, en abril de 2020. Los aspectos propuestos, se unen a la vida de nuestro Fundador, en esta continua meditación sobre la misión educativa, comunitaria y personal.