Crónicas de Lasallistas en Casa José Martínez

Hay un proverbio chino que dice lo siguiente: “La flor que nace en la adversidad es la más rara y hermosa de todas”.

Vivir la virtualidad junto a todos sus retos de adaptabilidad, ha sido una oportunidad de superar a la pandemia y continuar con nuestro plan de vida. El COVID 19 nos ha enseñado a través de lecciones dolorosas a no pelearnos contra la realidad, nos ha aleccionado en cambio a trabajar con lo que se tiene, porque muchas veces de eso se trata la vida.

La contingencia sanitaria para nosotros ha implicado, en el mejor de los casos no solo construir y replicar conocimiento sino, todavía más esperanzador, hacer Comunidad pese a la distancia.

Aunque el trayecto a la escuela se ha reducido en dar unos pasos y hacer un par de clics, aunque el virus ha cerrado temporalmente nuestras aulas y limitado nuestras interacciones, nosotros decidimos convertir hogares oaxaqueños en un salón de clases y en una extensión de nuestra Universidad.

Hoy está más claro que nunca: La Salle no es un edificio, el espíritu de la Salle vive donde hay un estudiante con corazón Lasallista.

¡Somos la flor que nace en la adversidad!

Hoy sabemos más que nunca que unidos prevalecemos. Los retos académicos y tecnológicos se han sumado a los retos de construir, como diría el Papa Francisco: “un corazón misericordiado”. Como estudiantes ya no únicamente colaboramos en trabajos académicos, hemos aprendido el difícil acto de consolar el corazón quebrantado de compañeros que han perdido a seres amados bajo esta terrible enfermedad, pero el dolor lejos de destruirnos ha estimulado nuestro espíritu, hemos aprendido a vivir desde la solidaridad en una unión cada vez más fraterna.

Llegará el día en que volveremos a ver nuestros rostros frente a frente, en que caminaremos libres en los jardines de la escuela y ese día sin duda los abrazos volverán como cuando las mariposas regresan después del invierno. Mientras tanto, permanezcamos pacientes en la Fe de un futuro mejor cada vez más cercano, como escrito está en las sagradas escrituras: “porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza”.

 

Indivisa Manent

Lo unido permanece.