Iniciamos un nuevo año con grandes metas y esperanzas, sin olvidarnos de aquello que nos construye y ha dejado huella en nuestro crecimiento.
Parte de esas enseñanzas, son las experiencias musicales de las que nuestros estudiantes han sido partícipes al interior de nuestra Universidad a través de los inolvidables conciertos que ofrecieron bajo el Árbol de los Deseos, un punto de expresión y encuentro donde nuestros grupos formativos y representativos nos comparten su entusiasmo y el fruto de sus esfuerzos.
Estos conciertos forman parte de nuestro paisaje, sonorizan nuestros trayectos y alegran nuestros días, porque la música es un lenguaje que se comparte en Comunidad.
Los grupos que se presentaron durante el 2019, nos compartieron una repertorio musical amplio, hay quienes comenzaron su iniciación musical a través de estas experiencias y otros más con mayor experiencia, cada uno a su ritmo y estilo, nos demuestran que, el esfuerzo, la constancia y la práctica dan grandiosos resultados.
Gracias a los maestros que se comprometen día a día por compartir sus conocimientos, su pasión por la música y abrir nuevas puertas a nuestros estudiantes, tuvimos la posibilidad de presenciar estos conciertos y acompañar como audiencia a nuestros estudiantes.
El ser audiencia es también un rol de gran importancia, nos convertimos en espectadores atentos, receptivos, que acompañan y reconocen el trabajo, el tiempo que se invierte en una disciplina musical. Aprendemos junto a ellos, pues en cada presentación nos brindan datos históricos, anécdotas musicales, teoría de la música.
Al vivir en una época de la inmediatez, agradecemos este tipo de experiencias, que indirectamente nos aporta conocimientos valiosos y nos proporciona un espacio de contemplación, de disfrute y de calma.
Nuestra universidad nos permite ampliar el capital cultural en cada presentación de la Asignatura de Formación Integral y Bienestar Universitario, los conciertos realizados bajo el Árbol de los Deseos son una prueba de ello.
¡Más música en este 2020!