Crónicas de Lasallistas en Casa | Lilia Linares | Maestría en Investigación Educativa

15 DE JUNIO DE 2020
“CRÓNICAS DE LASALLISTAS EN CASA” ES UN ESPACIO EN EL QUE NUESTRA COMUNIDAD ESTUDIANTIL NOS COMPARTE SUS EXPERIENCIAS Y REFLEXIONES EN TORNO A LA SITUACIÓN QUE ENFRENTAMOS ANTE LA PANDEMIA POR COVID 19.
HOY LES COMPARTIMOS EL ESCRITO DE LILIA LINARES, MAESTRANTE EN INVESTIGACIÓN EDUCATIVA.

¿Cómo olvidarlo? Era 14 de marzo, un sábado como cualquier otro en el aula, comentando sobre temas de educación…… Hasta que en todos los medios nacionales se empezó a publicar una noticia muy distinta a cualquier otra: “SEP anuncia la suspensión de clases debido a Covid-19”. La incertidumbre empezó en ese momento. Sabía que las cosas cambiarían, pero no estaba consciente del tiempo que duraría la cuarentena, ni del impacto en cada ámbito de mi vida.

Tenía que empezar a pensar cómo realizaría mis actividades como docente a distancia, cómo me comunicaría con mis alumnos y cómo sabría si las actividades eran pertinentes. Todo era nuevo y confuso, estaba por enfrentar un nuevo reto.

Empecé a analizar las sugerencias emitidas por la SEP, las cuales no podía implementar con mis alumnos, ya que en donde ellos viven solo hay acceso a dos canales televisivos que no transmiten el programa aprende en casa. Otra sugerencia era trabajar mediante plataformas digitales, pero sabía que esa no era una opción que pudiera retomar en el contexto de mis alumnos, así que pensando en las herramientas digitales que sí podía utilizar, terminé eligiendo como vía de comunicación el WhatsApp.

Aunque suena gracioso el hecho de utilizar como herramienta de trabajo esta aplicación, es una realidad que muchos docentes de educación básica también la están aprovechando para realizar el trabajo a distancia con los alumnos, ya que es el medio más factible por las condiciones de las comunidades donde trabajamos.

Después de elegir el medio para comunicarme con mis alumnos y los padres de familia, empecé a grabar videos explicativos para las clases, repitiendo una y otra vez mis grabaciones, editando mis errores y comprimiendo el tamaño del vídeo para que pudiera ser enviado. Empecé a buscar ejercicios y actividades que los alumnos pudieran realizar en casa, las actividades a realizar las plasmé en diapositivas que después se convertirían en imágenes para que pudieran ser descargadas por los alumnos.

El reto más grande vino después, recibir llamadas de los alumnos a distintas horas para consultar sus dudas, tratar de entenderlos y de explicarles era muy complicado pues las llamadas nos limitaban la comunicación, así que poco a poco fuimos ideando mejores formas de entendernos.

Luego vino el recibir una gran cantidad de fotografías de los trabajos: unas fotografías movidas, otras pocas nítidas, unas con mucha luz, otras muy claras, recibía fotografías de todo tipo. Trataba de descifrar las fotografías y cuando no lo lograba me veía en la necesidad de pedir que me las enviaran nuevamente para poder revisar los trabajos. Después debía clasificar las fotografías por fecha, asignatura y por alumno para tener las carpetas de evidencias, las cuales tenía que enviar a mi director para que hubiera una supervisión del trabajo que se estaba realizando a distancia.

Han pasado tres meses de estar en casa, tiempo en el que he analizado el trabajo de mis compañeros, amigos y mis docentes del posgrado, he escuchado sus experiencias durante esta contingencia y he visto el gran esfuerzo que realizan para sacar adelante sus proyectos, la dedicación en la planeación de sus clases y los retos a los que se han enfrentado al cambiar la modalidad del trabajo; por ello los invito a valorar y reconocer el trabajo de nuestros docentes y a seguir unidos aun en la distancia.