Crónicas de Lasallistas en Casa Iván Merlín

Corría marzo de 2020, las noticias en nuestro país alertaban sobre la aparición de un nuevo virus que se identificó por primera vez en Wuhan, China y estaba paralizando al mundo entero…

Recuerdo me encontraba en el aula antes de comenzar la clase de nutrición, cuando leí que la OMS alertaba una pandemia causada por el nuevo virus SARS Cov-2, le comenté al profesor Misael quien iba arribando al salón y me expresó su preocupación ante un nuevo panorama para la humanidad, comenzó la clase y no volvimos a tocar el tema, al menos ya no frente a frente y no por desinterés, sino porque ese fue nuestro último día de manera presencial en la Universidad.   

El pánico y la incertidumbre nos absorbieron a más de uno, otros más en la incredulidad hicieron caso omiso sobre la alerta mundial, sin embargo, cada vez eran más los contagios y desafortunadamente las pérdidas de vidas humanas.

Las noticias ya no eran de China o de otras partes del mundo, ya estaba sucediendo en nuestro país, en nuestro estado y con nuestros seres queridos. 

Si bien el mundo no puede parar de golpe, las clases continuaron con un gran esfuerzo de los directivos, administrativos y catedráticos de nuestra Universidad, quienes buscaron diversas formas de continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Por otro lado, había una esporádica felicidad y euforia entre los estudiantes, ya no iríamos a la escuela presencialmente por tiempo indefinido. Dicha euforia decreció de golpe cuando pudimos ver el panorama tan desalentador que nos rodeaba, esta situación comentaban los expertos, podría durar meses e incluso años. 

Pareciera fácil tomar clases desde casa, es solo estar sentado frente a la computadora, sin embargo resulta agotador estar viendo una pantalla durante 8 horas, teniendo pequeños descansos para mover un poco el cuerpo, comer un refrigerio, satisfacer ciertas necesidades y volver a permanecer sentados frente a una pantalla.

Al final del día los ojos cansados, el cuerpo entumecido y la mente dando mil vueltas, tanto por tareas o entrega de trabajos como por la incertidumbre de cuánto tiempo más seguiremos en esta situación. Llevamos un año y medio así pero no es momento de rendirnos.  

No dejes atrás todo lo que has logrado hasta el momento” comentó mi coordinadora la Mtra. Lisbeth, “hay que adaptarnos a las situaciones y seguir avanzando” expresó el Doctor Gabriel y muchos otros comentarios de maestras, maestros y compañeros me dieron fortaleza cuando estuve por tirar la toalla y abandonar mis estudios ante esta situación, como si se tratara de la esquina de un boxeador escuchando las indicaciones del entrenador durante una pelea, salí a enfrentar el siguiente round con coraje y convicción. 

Algo de lo que más he extrañado durante el encierro son las retas de basquetbol en las horas libres, ir a clases de natación al CRAD, hacer simulaciones de lucha libre, incluso jugar fútbol y aprender nuevos deportes a lado de mis compañeros, las carcajadas, los desayunos juntos, las quejas de levantarse un sábado temprano para tener prácticas a las 07:00h, pero al finalizar estábamos felices todos porque habíamos pasado un muy buen rato.

A pesar de que nos vemos casi a diario a través de las cámaras, las risas y pequeñas bromas nunca faltan, no obstante, casi la mitad del grupo ya no está, a algunos les costó mucho adaptarse al cambio y se retrasaron.

Para algunos nos ha resultado más complicado sobrellevar esta pandemia, para otros tal vez no tanto, algunos nos infectamos con el virus y corrimos con suerte de contar nuestra experiencia, lamentablemente otros más han llegado al hospital para no volver jamás. Lo cierto es que nada volverá a ser igual que antes, le han llamado “nueva normalidad”, pero, ¿Qué de normal tiene no poder ver, abrazar y besar a quienes tanto amamos?

Somos seres gregarios, tenemos que convivir y vivir en sociedad, en Comunidad.  

Pareciera que estamos vislumbrando algunos rayos de luz al final del túnel, las vacunas se han aplicado a un gran sector de la población y eso nos da un panorama más alentador, tal vez por fin esté más cerca la cuenta regresiva para poner fin a la pandemia y podamos escribir un nuevo capítulo para la humanidad, en el cual la empatía, la otredad, el humanismo y el amor sean parte fundamental. 

 

Indivisa Manent

Lo unido permanece.